Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 183, 43-89 50 CIENCIAPOLICIAL sesgos y defectos, es la única evidencia con la que se cuenta para tratar de esclarecer los hechos y poner nombre a su autor (Manzanero, 2020). Volviendo al caso de Ahmed Tommouhi y Abdelrrazak Mounib, en el nuevo juicio se desveló que las alineaciones de las identificaciones habían estado extremadamente sesgadas. Esto es solo un ejemplo de por qué todos los procedimientos de investigación deberían estar dotados de protocolos con criterios científicos que permitan evaluar la credibilidad del testimonio. Se debería hacer una valoración seria sobre si la justicia debe aceptar o no las declaraciones o las ruedas de reconocimiento como prueba única condenatoria (Gamboa et al., 2000). 3 Normativa para reducir la contaminación cognitiva durante el proceso penal El informe de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (National Academy of Sciences, en adelante NAS) del año 2009 supuso la crítica más dura hacia la ciencia forense. Fue la primera vez que la comunidad científica puso de manifiesto públicamente las limitaciones de muchas disciplinas forenses que contribuyeron a la condena de personas inocentes. El informe sostiene que las disciplinas forenses están poco investigadas y reguladas, por lo que se han de implantar mecanismos y protocolos válidos que tengan en cuenta los errores cognitivos, que permitan construir una base científica sólida (Edmond et al., 2014). Las normas internacionales ISO/IEC 17020 e ISO/IEC 17025 incluyen requisitos para que el trabajo forense adquiera ese rigor científico necesario, exigiendo un compromiso para establecer sistemas que garanticen la imparcialidad, asegurando que las conclusiones estén lo menos influenciadas posible por el sesgo cognitivo y otros tipos de errores. La primera, ISO/IEC 17020:2012 “Requisitos para el funcionamiento de diversos tipos de organismos que realizan la ins-
RkJQdWJsaXNoZXIy MzA5NDI2