Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 183, 181-224 192 CIENCIAPOLICIAL intereses patrimoniales. Si retomamos el citado informe sobre cibercriminalidad en España del año 2023, observamos que más del 90 % de los ciberdelitos son de corte patrimonial y, entre ellos, de manera absoluta, predominan las estafas informáticas ‒ya indicamos que el informe alude a “fraude”‒. De hecho, de los 472.125 ciberdelitos conocidos en el año, 427.448 fueron ciberestafas, 15.137 fueron casos de “falsificación informática”, 1.659 de interferencia en datos y en sistemas informáticos y 64 casos denunciaron ciberdelitos contra la propiedad intelectual e industrial. Como se puede colegir de lo que antecede, la finalidad lucrativa se encuentra detrás de una buena parte de los ciberataques. Estas acciones se ejecutan para obtener, de modo ilícito, dinero procedente de individuos, empresas u otras organizaciones. Podemos anotar varias causas que facilitan o dan pie a que las TIC se conviertan en cauce para ejecutar delitos contra el patrimonio. En primer lugar, los usuarios de las TIC han trasladado al ciberespacio buena parte de su operativa económica, lo que, indefectiblemente, también abre un portillo a que puedan sufrir ciberataques. A título de ejemplo, podemos señalar que un porcentaje significativo de los usuarios de las TIC emplea la banca online, realiza compraventas de bienes y servicios a través de la Red, concierta negocios jurídicos y efectúa transferencias diversas en el ciberespacio. Para llevar a cabo tales actos, se insertan las contraseñas y las claves personales en los dispositivos informáticos y en los smartphones. Algo tan ‒aparentemente‒ inocuo como el pago de unas entradas de un concierto que se han visto en un anuncio en redes sociales puede comportar una pérdida patrimonial, al no advertir la víctima que se trataba de una estafa. Pues bien, no solo se corre el riesgo de que el anuncio visualizado sea engañoso, lo que hace generar desconfianza en los cibernautas y en el tráfico económico, sino que existe el peligro cierto de que los dispositivos informáticos sean infectados con malware y los ciberdelincuentes puedan acceder a nuestras claves y contraseñas. Como podemos observar con este breve esbozo, los intereses económicos presentes en las TIC son ingentes. Además, los ciberdelincuentes pueden dirigirse a una pluralidad indeterminada de potenciales víctimas con el mismo ataque, por lo que se reducen
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