Ciencia Policial nº182

Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 182, 15-69 60 CIENCIAPOLICIAL • La tecnología facilita la perpetración de delitos y su rápida propagación, debido a los miles de personas que utilizan Internet. • La tipificación de las conductas ilícitas resulta complicada, pues son hechos nuevos y de carácter tecnológico, que en muchas ocasiones cuentan con el desconocimiento del Legislador. • El desconocimiento de los jueces, que no tienen conocimientos específicos en la materia. También, el de los demás operadores jurídicos. • Por mucho que los instrumentos normativos permitan formar equipos conjuntos de investigación, falta de recursos humanos y materiales, para la prevención, la investigación y la represión. Los jueces llevan múltiples asuntos, si además de toda la carga de trabajo tienen que solicitar comisiones rogatorias o, aunque sea dentro de la UE una orden europea de investigación o una orden europea de conservación de una evidencia electrónica dejarán de atender otros asuntos. • El anonimato de la navegación por la red y la dificultad de la investigación tecnológica y de la obtención, análisis y preservación de las evidencias. La navegación anónima permite, asimismo, la ocultación de los rastros de los delitos. Como se ha insistido las pruebas electrónicas desaparecen con mucha facilidad; en este sentido se habla de la volatilidad de las pruebas digitales. • La navegación por Internet no permite controlar ni el flujo ni la transmisión de información. • La extraterritorialidad, que supone problemas concretos para determinar la jurisdicción y competencia a la hora de iniciar un proceso penal. • La falta de homogeneidad de las legislaciones, incluso europeas. • La estructura y medios con los que cuentan los ciberdelincuentes.

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