Ciencia Policial nº182

Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 182, 231-268 235 Pasado y presente de las armas químicas: consecuencias para la vida y el medio ambiente Cantero Berlanga, M. D.; Méndez Rocasolano, M. tados militares como el Arthashastra escrito en el siglo IV a. C por el estratega y gobernante Chanakya, dónde se describen diversas técnicas para el envenenamiento de pozos de agua. En Occidente, señala Pons (2006) que durante el periodo de la Grecia Clásica se utilizaron diferentes sustancias venenosas en conflictos militares (como, por ejemplo, flechas y lanzas envenenadas con veneno de serpiente o humos tóxicos para operaciones de asedio) y que fueron adoptadas y perfeccionadas por estadistas militares romanos. Por su parte, destaca Trigo (2023) que un hito remarcable fue el llevado a cabo por el mal llamado Imperio Bizantino, dónde se valieron de la innovación y desarrollo tecnológico para la creación de armas químicas que, especialmente el uso del fuego griego (cuya fórmula ha sido perdida), jugaron un rol decisivo en las batallas navales dónde los barcos sucumbían ante la imposibilidad de extinguir las llamas. Más adelante, durante el Renacimiento, se redescubrió el uso de las armas químicas. Así Leonardo da Vinci propuso el uso de polvo de sulfuro de arsénico y verdín en el siglo XVI durante los combates. Concretamente, como expone Otero (2022) proponía arrojar el veneno (compuesto por yeso, polvo de sulfuro de arsénico y verdín molido) en forma de polvo sobre las galeras, dónde los soldados lo inhalaban y resultaban asfixiados. Finalmente, no podemos olvidar que el conocimiento y el uso de armas químicas en la antigüedad eran limitados en comparación con las armas químicas modernas. De modo que, como defiende González-Hernández (2021), la eficacia y la sofisticación de estas armas se fueron desarrollando con el tiempo, especialmente a partir de la Revolución Industrial en el siglo XIX. 3 Sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el empleo de armas químicas y su destrucción Tal y como enuncia Barberis (2017) y De Fortuny (2015) la Convención sobre Armas Químicas (en adelante, CWC) es am-

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