Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 182, 173-229 175 Habilidades prácticas de actuación policial en la atención a familiares y allegados de personas desaparecidas Álvarez-Aparicio, A. I.; Martínez Fernández, J. M.; Herráez-Collado, E. voluntaria, involuntaria o forzosa (Cereceda y Tourís, 2019), o de manera operativa y congruente con las investigaciones de García-Barceló et al. (2019), como voluntaria-escape, voluntaria-disfuncional, involuntaria-accidental e involuntaria-forzosa; propiciando tres posibles desenlaces en el caso de ser resuelta: aparición en buen estado de salud, aparición con lesiones de índole física y/o psicológica, aparición de la persona fallecida (López et al., 2023). Pero con independencia de las causas motivadoras, si hay un elemento común a todas ellas, ese es la incertidumbre (De Puelles, 2018), así como el impacto psicológico y emocional que se produce a múltiples niveles (Álvarez-Aparicio, 2018). De este modo, y como señalan diversos autores (Boss, 2001; De Castro, 2019; De Puelles, 2018), la desaparición de un ser querido presenta particularidades en comparación con otros sucesos traumáticos que dificultan notablemente el proceso de adaptación a la situación, eliminándose ritos individuales y sociales que pueden facilitar el ajuste a una nueva realidad donde el ser querido ya no está. Pero como ya se ha señalado, la sacudida que la desaparición de una persona provoca, no se limita a su entorno más cercano, sino que también incide sobre la comunidad de pertenencia del ausentado y sus familiares y allegados, la sociedad en sí misma, incapaz de dar respuesta a lo ocurrido pese a los recursos invertidos y los propios profesionales que buscan obtener resultados que permitan dar solución a la desaparición, poniendo fin al sufrimiento que su mantenimiento en el tiempo provoca (Álvarez- Aparicio, 2018). Cada año, una media de 23.000 denuncias por desaparición de personas se interponen en nuestro país (figura 1), de ellas, desde que se tienen registros en el Sistema PDyRH, la mayor parte se resuelven satisfactoriamente en los primeros días, quedando alrededor de un 5 % sin cesarse (López et al., 2023). Debe tenerse en cuenta que el Sistema de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDyRH) comenzó su funcionamiento en el año 2010, siendo plenamente operativo para todos los Cuerpos Policiales en el año 2012. Se trata pues, de un sistema dinámico
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