Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 182, 145-172 166 CIENCIAPOLICIAL rendimiento respecto al tiempo empleado, disminuyendo su coste y acumulando un gran número de datos. Este gran volumen de datos que ofrecen estas tecnologías, una vez procesados con la ayuda de la informática, da respuesta a los interrogantes fundamentales que surgen en la investigación de un bioincidente: qué, identificación del AB; cómo, forma de producción y diseminación del AB; dónde, localización del laboratorio de producción; quién, productores del AB. La Red de Laboratorios de Alerta Biológica (RE-LAB), creada por la Orden PCI/1381/2018, de 18 de diciembre, por la que se regula la Red de Laboratorios de Alerta Biológica, está formada por 13 laboratorios que disponen para diagnóstico de las más novedosas tecnologías, aquí comentadas. Dentro de esta red hay servicios de genómica, con las últimas tecnologías de NGS, como los sistemas Illumina® y Nanopore®, y de metagenómica, como el basado en el gen 16S rRNA. Actualmente se podría lograr la secuencia completa de un genoma bacteriano en tan sólo tres días. También existen unidades de proteómica que utilizan de modo habitual espectrometría de masas con ionización por MALDI-TOF y muchas otras técnicas analíticas asociadas. Por último, las unidades de bioinformática existentes darían el apoyo necesario en el tratamiento de los datos originados en un bioincidente. Todas estas tecnologías están, por tanto, a disposición de una investigación policial, y aprovechar todas las ventajas que ofrecen es una decisión del instructor del atestado, el cual puede necesitar del asesoramiento de policías titulados y especializados en la materia, que son capaces de proponer soluciones que aportan estas tecnologías que los policías de investigación pudieran no conocer, y de elaborar los informes periciales pertinentes que darán respuesta a muchos de los interrogantes que surjan en la investigación, cumpliendo con lo indicado por la Ley de Enjuiciamiento Criminal sobre el informe pericial en el artículo 456 y siguientes. Este estudio pone de relieve las respuestas que la incorporación de estas tecnologías aportaría en la investigación de un bioincidente. El detalle alcanzado por la identificación del AB lograría asociar los microorganismos hallados en una muestra, obtenida en el lugar del incidente, con otra muestra tomada en una diligencia de entrada y registro, de manera que se establece-
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