Ciencia Policial nº182

Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 182, 145-172 155 La aplicación de las ciencias bioforenses a la investigación del bioterrorismo y biocrimen Ordoño Ballesteros, D. J. mayor rendimiento y velocidad, al practicarse con mayor automatismo y aceptar muy bien la simultaneidad de varias pruebas de PCR frente a varias secuencias de distintos AB, dando en un solo ensayo mayor cantidad de información del contenido de una mezcla de AB. Partiendo de este enfoque de multiplexación de PCR, la técnica MLVA (Multi Locus VNTR Analysis), que amplifica zonas del ADN que contienen secuencias repetidas de pares de bases presentes en los genomas de los seres vivos, da un paso más y consigue aportar una identificación en el nivel de cepa del AB (Hyytiä-Trees et al., 2007). Una identificación a este nivel podría diferenciar con suficiencia diferentes muestras obtenidas en el curso de una investigación, pero en ocasiones es necesaria una mayor precisión entre los distintos aislados. Para alcanzar un nivel de individualización dentro de una cepa de un AB, hay que recurrir a las técnicas de secuenciación del ADN. Esta es un conjunto de procedimientos bioquímicos cuya finalidad es la determinación del orden de los nucleótidos en una cadena de material genético. El conocimiento de la secuencia genética permite analizar diversos sitios del mismo como SNP (Single Nucleotide Polymorphisms), inserciones, sitios de restricción, factores de virulencia, plásmidos, duplicaciones o ausencias, caracterizando así al AB, y extrayendo información con la que conocer la huella genética de éste, donde se revelen evidencias de la práctica de técnicas de ingeniería genética y se señale el origen exacto del AB. La secuenciación presenta una ventaja adicional frente a las técnicas de PCR o de hibridación, puesto que no necesita un conocimiento previo y material de análisis basado en este conocimiento, analizando cualquier tipo de muestra con los mismos reactivos iniciales. Sin embargo, inicialmente eran técnicas muy caras y tardaban mucho tiempo en ofrecer los resultados, debido a que se trataba de procedimientos secuenciales, no realizados en paralelo como ocurre hoy día. La técnica WGSS (Whole Genome Shotgun Sequence) consta de varias fases en las que se trocea previamente el genoma, luego se clona en plásmidos, se secuencia a continuación y, por último, se construye la secuencia completa con el uso de programas informáticos como si de un rompecabezas se tratase. La información obtenida es del genoma completo, identificando por completo al AB y facilitando un exhaustivo análisis que pueda resolver las necesidades de la

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