Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-SA Ciencia Policial, 182, 145-172 154 CIENCIAPOLICIAL afectados, como policiales, para la implementación de medidas de seguridad y el desarrollo de la investigación sobre el hecho. El análisis del genoma proporciona una identificación a nivel de aislado, definido como el conjunto de microorganismos individuales presentes en una muestra concreta, es decir, nos informa de la población clonal de cada especie, lo que permite determinar su origen. Un análisis más profundo de la secuencia del ADN podría aportar una relación filogenética entre los individuos de muestras de distintas cepas de la misma especie, obtenida de individuos infectados por el patógeno y en el que ya ha habido posibles cambios en el genoma debido a mutaciones naturales producto de la división del patógeno en el crecimiento (Schmedes y Budowle, 2009). También habría posibilidad de establecer una relación filogenética entre especies y cepas que han sido modificadas intencionalmente por técnicas de ingeniería genética, con intenciones delictivas. De este modo, se podría relacionar la presencia de un microorganismo concreto en un escenario con su hallazgo en otro lugar distinto del primero. Desde la descripción molecular del ADN por Watson y Crick en el año 1953, las técnicas basadas en el estudio y manipulación del ADN se han multiplicado a lo largo de los años y el análisis del genoma hoy día se puede realizar utilizando diversos procedimientos. Las técnicas basadas en la PCR (Polymerase Chain Reaction) suponen una manera rápida y barata de conseguir la identificación diferencial de un agente biológico. Con estas técnicas se puede lograr una identificación a nivel de aislado, pero no hay una seguridad de alcanzar este nivel de resolución en todos los casos. La técnica PCR-DGGE (Polymerase Chain Reaction – Denaturing Gradient Gel Electroforesis), que consiste en la amplificación a partir de una secuencia inicial de oligonucleótidos y la separación posterior del producto de reacción en un gel de electroforesis, es la técnica más común para la identificación de especie de los AB, pero difícilmente sería capaz de ofrecer información más allá de la identificación de especie, y eso contando a priori con una sospecha de los microorganismos presentes en la muestra (Hyytiä-Trees, Cooper, Ribot y Gerner-Smidt, 2007). Estas limitaciones también las presentaría la técnica de PCR cuantitativa (qPCR), sin embargo, la qPCR puede ofrecer un
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